32: Entre la espada y la pared
Por Karen Lucia Tapia Hernández
¿Alguna vez te has sentido entre la espada y la pared? Un dicho nicaragüense
que me hacía eco el día de hoy y así parece que nos pasa muchas veces, quizá estamos
en situaciones familiares complejas que parecieran no darnos una salida, quizá
es alguna decisión que cambiaría el resto de tu vida pero tú no eres el único
involucrado, puede ser incluso una situación laboral en la que te puedes sentir
frustrado o frustrada y que no sabes como resolver, y así como escuché a
alguien decir hoy, tienes tantas cosas alrededor tuyo que sientes estas
sumergido en una cueva y el agua te está llegando hasta el cuello y ya no sabes
como lidiar mas con la situación. Y así nos llegamos a sentir muchas veces, entre
la espada y la pared y sin saber a donde voltear, pues en vez de las cosas
mejorar, parecen empeorar y es allí donde nos preguntamos si estamos haciendo
lo correcto o si hemos actuado correctamente. Pero, así como nosotros nos hemos
sentido igual también sabemos de situaciones bíblicas donde podemos ver esto
ocurrir y de allí aprendemos lecciones muy valiosas. Comencemos…
Caso 1: Eliseo y el joven
2 Reyes 6:16-17 Biblia del Jubileo (JBS)
16 Y él le dijo: No tengas miedo; porque más son los que están con nosotros
que los que están con ellos.
17 Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh SEÑOR, que abras sus ojos para que
vea. Entonces el SEÑOR abrió los ojos del joven, y miró; y he aquí que el monte
estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de
Eliseo.
En este pasaje
podemos ver algo muy importante, en el versículo 16, Eliseo trata de calmar al
joven diciéndole que no tenga miedo. En este extracto de la biblia, la ciudad
donde estaba Eliseo estaba a punto de ser atacada y el joven al verse
físicamente acorralado, no sabía que hacer y su reacción normal fue sentir
miedo. El miedo es parte del espectro de emociones del ser humano, es natural
sentir miedo a cosas que pueden estar fuera de nuestro control, fuera de
nuestro alcance, de las cuales sabemos que humanamente no podemos hacer nada al
respecto, pero es aquí cuando Eliseo, representando la voz de Dios, viene a orar
para que el joven pueda discernir quienes lo están apoyando. Adicionalmente, en
el versículo 17, una vez que se le abrieron los ojos al muchacho, este pudo
visualizar que había gente de a caballo y carros de fuego alrededor de ellos que
estaban dispuestos a luchar a su favor. Muchas veces el enemigo querrá hacernos
sentir acorralados, hacer parecer que no hay salida, que no hay solución, que
en vez de las cosas mejorar, mas bien empeoran. ¿Pero sabes que nos dice Dios?
Nos dice usa tus ojos espirituales y ábrelos, cuando Dios está de nuestro lado
por más que un ejercito acampe en contra de nosotros, Él nos da la victoria, pues
Él ha asignado guardianes y guerreros a favor tuyo para ganar la batalla por
ti.
Caso 2: Jahaziel
y Josafat
2 Crónicas 20:14-15 La
Biblia de las Américas (LBLA)
14 Entonces el Espíritu del Señor vino en
medio de la asamblea sobre Jahaziel, hijo de Zacarías, hijo de Benaía, hijo de
Jeiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, 15 y dijo: Prestad atención, todo Judá,
habitantes de Jerusalén y tú, rey Josafat: así os dice el Señor: «No
temáis, ni os acobardéis delante de esta gran multitud, porque la batalla no es
vuestra, sino de Dios.
Casos de
casos, a veces pareciera que nosotros no queremos obedecer o escuchar cuando comenzamos
a oír los rumores del enemigo, escuchamos por donde nos pueden “atacar” u
amenazar. Lo irónico es que Dios en su infinita paciencia y amor, por mas que a
nosotros se nos olvide buscarlo a El primero, aparece alguien para recordarnos lo
que Dios desea hacer con nosotros o con los nuestros. En este extracto bíblico,
nuevamente el pueblo de Dios se encontraba amedrentado por un ataque del
enemigo, pero El Señor habló a través de su siervo, Jahaziel, un levita, y le
envía un mensaje al rey Josafat y le dice que quien pelea la batalla es Dios y
no él. En nuestro caso, muchas veces queremos hacer las cosas con nuestras
fuerzas, con nuestras habilidades, con nuestros argumentos y criterios y
realmente es allí que perdemos el control, puesto que las batallas, pruebas o
procesos que libremos no son para que las libremos solos, sino que realmente es
el Señor quien está de nuestro lado, peleando a favor de nosotros. Nuevamente Jehová
nos dá un mensaje y nos indica que no tengamos miedo, puesto, quien está
luchando a nuestro favor es Jehová de los Ejércitos.
Caso 3:
Josué
Josué 1:5-8 Reina-Valera
1960 (RVR1960)
5 Nadie te podrá
hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré
contigo; no te dejaré, ni te desampararé.
6 Esfuérzate y sé
valiente; porque tú repartirás a este pueblo por heredad la tierra de la
cual juré a sus padres que la daría a ellos.
7 Solamente
esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que
mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra,
para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.
Josué, el
varón de Dios, conquistó la tierra prometida por Jehová a su pueblo. Pero una
característica que deseo resaltar, es lo siguiente, si analizamos que el fue
uno de los príncipes en observar lo que estaba en la tierra prometida, podemos
entrever que él debía tener cautela en lo que hacía porque sino lo podían matar.
Sin embargo, Dios, comienza a darle palabras de fuerza a Josué tal y como lo
haría un padre, excepto que Él es EL PADRE, y como tal, estaba instruyendo a su
hijo en lo que tenía que hacer, y reafirmando su propósito. Muchas veces Dios
Padre, ya nos ha hablado de nuestro propósito o llamado, pero como que parecemos
dejar sus palabras en la tierra del olvido, y en este caso, Dios le recuerda a
Josué, al hombre que estaba a punto de entrar a una guerra por su promesa, por
sus convicciones, y le reafirma que en el momento que Dios está con él, NADIE
le podrá hacer frente.
En el
versículo 6, Jehová le dice a Josué que su propósito en su vida se cumplirá,
sin importar cuantos enemigos se pongan en frente de él. Es decir, no importa
si el proceso que pasamos parece difícil, complicado, extenuante, asfixiante,
frustrante, o que nos pareciera hacer desfallecer, en el momento que Dios nos dice
que está con nosotros, no importa quien se ponga en frente o que es lo que parezca
tener mas fuerza que nosotros, en el instante que El Señor está con nosotros, nadie
puede ir contra nosotros. Es más, la afirmación no solo viene con su promesa,
pero también viene con una instrucción, no nos apartemos de su palabra y todo
lo que hagamos, vendrá con la bendición de Dios, pues Él nos hará prosperar. Esto
es, la gracia del Señor nos acompaña, la cual, en nuestra debilidad, su gracia
siempre nos bastará, pues Él es nuestra fortaleza.
Y, por último,
recordemos una cosa, que, aunque pueda ser que nos sintamos entre la espada y
la pared, y pareciera que estamos atrapados en una cueva, Dios nos recuerda:
Isaías 43:18-20 Reina Valera
Contemporánea (RVC)
18 «Ya no se acuerden de las
cosas pasadas; no hagan memoria de las cosas antiguas. 19 Fíjense en que yo hago
algo nuevo, que pronto saldrá a la luz. ¿Acaso no lo saben? Volveré a abrir un
camino en el desierto, y haré que corran ríos en el páramo. 20 Recibiré la honra de las
fieras salvajes, de los chacales y de los pollos del avestruz, porque haré que
brote agua en el desierto y ríos en el páramo, para que beba mi pueblo escogido.
Si esto te bendijo y te edificó te
invito a que compartas esta publicación. Y si aún no has aceptado a Jesús en tu
corazón o deseas reconciliarte con Él hoy, te motivo a que lo hagas, y leas la
siguiente oración en voz alta:
“Señor Jesús, te pido perdón por mis
pecados, pues sé mis pecados me separan de ti. Yo te reconozco, como mi único,
suficiente y verdadero Salvador. Yo rompo, todo pacto, con el mundo, con la
carne y con el enemigo. Te doy gracias, por el sacrificio en la cruz, sé que
por tu Sangre yo soy limpio/a de todo pecado y hoy tengo un nuevo comienzo. Te
pido que, a partir de hoy, tu palabra sea la lámpara a mis pies y que tu
Espíritu Santo guíe mis decisiones en todo lo que haga. Amén.”
Y si hiciste esta oración hoy, escríbeme al
correo kltapiahernandez@gmail.com, me encantaría saber de ti. Somos una
familia en Cristo, estamos aquí para apoyarnos los unos a los otros. ¡Dios te
guíe y te guarde!