Justo: conexión al origen
Justo:
conexión al origen
Por Karen Lucia Tapia Hernández
En este versículo podemos ver, que, desde el inicio, fue Dios quien decidió establecer el orden de los cielos y la tierra. Y aun a pesar del desorden, y el vació, en el momento que dejamos que el Espíritu de Dios se mueva sobre ese desorden, todo comienza a ordenarse y a tener vida. Así podemos decir que sucede en nuestra vida. En los momentos que quizá nuestras decisiones parecen erráticas y puede ser que algo se sienta faltante, en el momento que dejamos al Espíritu Santo entre en comunión con nosotros, Él irrumpe sobre cualquier obra vacía para llevar al nacimiento de una nueva creación. En los versículos de Génesis 1:1-2 podemos discernir que primeramente Dios viene a crear orden y forma a lo que estaba vacío, es decir, cuando dejamos que Dios transforme nuestro caos en la vida y que El actúe en nosotros, Él viene a establecer su poder.
Es decir que cuando Dios decidió tomar de su creación el polvo y sopló, no solo crea una conexión entre la creación de la tierra y su aliento, sino que su poder vino a dar fuerza y aliento de vida, para que el hombre comenzara a ejecutar su existencia. El Creador creo una conexión entre Él y el hombre, por ende, Dios anhelaba que esta persona, escogida de su creación, viniera a cumplir su propósito en la tierra. No obstante, debemos tomar en cuenta que Dios nos pide algo, esto es: que mantengamos una constante conexión con Él para poder cumplir con nuestro designio.
El cumplir los mandamientos de Dios hace que nosotros nos volvamos agradables ante sus ojos, no solo eso, sino que Dios nos dice que Él se encargará de ayudarnos en todo. Es decir, que, aunque las circunstancias puedan parecer confusas, adversas o quizá inciertas, el momento que voluntariamente decidimos someternos a Él, cuando reconocemos que, diciéndole sí a Dios, nos hace agradables al Señor, lo que sea que hagamos se tornará exitoso porque Yahweh está con nosotros y nos ayudará. Es más, la palabra de Dios nos dice que cuando cumplimos sus mandamientos nos volvemos justos ante los ojos de Dios[i] y cuando nos volvemos justos delante de Dios podemos clamar a Dios por su respuesta.
Analizando el versículo anterior podemos ver, que el salmo davídico claramente indica que él hablaba con otros, otros que probablemente le estaban atacando de una manera u otra, sin embargo, al examinarse, y encontrarse justo ante los ojos de Dios, estaba completamente confiado que Dios siempre le respondería cuando hablase con Él.
Él nos separará para su propósito específico y podremos tener la absoluta certeza que nuestro Señor, responderá cuando hablemos con Él.
Por Karen Lucia Tapia Hernández
¿Te has puesto a
pensar en por qué suceden ciertas cosas? ¿Por qué
actúas de cierta manera? ¿Cuál es el
origen de la situación que estás viviendo? ¿Qué pasa cuando sientes un vacío y
desorden en tu vida, pero no sabes cómo encaminarlo hacia la ruta correcta? Quizá
cuando Charles Darwin publicó su libro “El origen de las especies” en 1859
nunca pensó que afectaría la manera de pensar de muchos en la sociedad, pero
ahora nosotros que somos parte del pueblo de Dios, ¿nos hemos puesto realmente
en el origen de nuestra vida? ¿Pero qué pasa, cuando en nuestro origen, en
nuestra esencia de ser, dejamos que entre el Espíritu Santo a nuestro entorno?
Comencemos con el siguiente versículo:
Génesis 1:1-2 Reina
Valera Contemporánea (RVC)
1 Dios, en el principio,
creó los cielos y la tierra. 2 La tierra estaba
desordenada y vacía, las tinieblas cubrían la faz del abismo, y el espíritu de
Dios se movía sobre la superficie de las aguas.
En este versículo podemos ver, que, desde el inicio, fue Dios quien decidió establecer el orden de los cielos y la tierra. Y aun a pesar del desorden, y el vació, en el momento que dejamos que el Espíritu de Dios se mueva sobre ese desorden, todo comienza a ordenarse y a tener vida. Así podemos decir que sucede en nuestra vida. En los momentos que quizá nuestras decisiones parecen erráticas y puede ser que algo se sienta faltante, en el momento que dejamos al Espíritu Santo entre en comunión con nosotros, Él irrumpe sobre cualquier obra vacía para llevar al nacimiento de una nueva creación. En los versículos de Génesis 1:1-2 podemos discernir que primeramente Dios viene a crear orden y forma a lo que estaba vacío, es decir, cuando dejamos que Dios transforme nuestro caos en la vida y que El actúe en nosotros, Él viene a establecer su poder.
Adicionalmente, en el momento que Dios crea algo,
también hace una transferencia de su Espíritu y uno de los atributos que El
transfiere, es poder. Meditemos en el siguiente versículo:
Génesis 2:7 Traducción
en lenguaje actual (TLA)
7 Entonces Dios tomó un
poco de polvo, y con ese polvo formó al hombre. Luego sopló en su nariz, y
con su propio aliento le dio vida. Así fue como el hombre comenzó a vivir.
Es decir que cuando Dios decidió tomar de su creación el polvo y sopló, no solo crea una conexión entre la creación de la tierra y su aliento, sino que su poder vino a dar fuerza y aliento de vida, para que el hombre comenzara a ejecutar su existencia. El Creador creo una conexión entre Él y el hombre, por ende, Dios anhelaba que esta persona, escogida de su creación, viniera a cumplir su propósito en la tierra. No obstante, debemos tomar en cuenta que Dios nos pide algo, esto es: que mantengamos una constante conexión con Él para poder cumplir con nuestro designio.
Observemos:
1
Reyes 11:38 Traducción
en lenguaje actual (TLA)
38 Si
obedeces todo lo que Dios te manda, y haces lo que a Él le agrada, cumpliendo
sus mandamientos como hizo su servidor David, Dios te ayudará en todo.
El cumplir los mandamientos de Dios hace que nosotros nos volvamos agradables ante sus ojos, no solo eso, sino que Dios nos dice que Él se encargará de ayudarnos en todo. Es decir, que, aunque las circunstancias puedan parecer confusas, adversas o quizá inciertas, el momento que voluntariamente decidimos someternos a Él, cuando reconocemos que, diciéndole sí a Dios, nos hace agradables al Señor, lo que sea que hagamos se tornará exitoso porque Yahweh está con nosotros y nos ayudará. Es más, la palabra de Dios nos dice que cuando cumplimos sus mandamientos nos volvemos justos ante los ojos de Dios[i] y cuando nos volvemos justos delante de Dios podemos clamar a Dios por su respuesta.
Reflexionemos
en el siguiente versículo:
Salmos
4:3 Nueva Traducción Viviente (NTV)
3 De algo pueden estar seguros:
el Señor ha
separado para sí a los justos;
el Señor me
responderá cuando lo llame.
Analizando el versículo anterior podemos ver, que el salmo davídico claramente indica que él hablaba con otros, otros que probablemente le estaban atacando de una manera u otra, sin embargo, al examinarse, y encontrarse justo ante los ojos de Dios, estaba completamente confiado que Dios siempre le respondería cuando hablase con Él.
Por lo tanto:
2.
si cumplimos con los mandatos que Él
nos ha dado y, por ende, nos volvemos justos ante Yahweh,
3.
si reconocemos y dejamos que el
Espíritu de Dios actúe en nosotros,
Él nos separará para su propósito específico y podremos tener la absoluta certeza que nuestro Señor, responderá cuando hablemos con Él.
Consecuentemente, estimados lectores, les insto que
nos conectemos a nuestro Creador, para que así sepamos el origen de nuestro
propósito y con Él podamos transformar nuestra mente y cumplir con nuestro
llamado. Al dejar que el Espíritu de Dios actúe en nosotros, dejamos que Dios
mismo fluya dentro de nosotros y podemos ser embajadores de Dios en la tierra. Además,
podemos transformar tanto nuestra vida, como nuestro entorno y garantizamos que
Dios escuche nuestro llamado, por la conexión al origen dentro de Dios. Por
ende, busquemos su justicia y su verdad y así podremos permanecer firmes en la
fe y apegados a la Vid Verdadera que es Cristo Jesús.
Si esto te bendijo y te edificó te invito a que
compartas esta publicación. Y si aún no has aceptado a Jesús en tu corazón o
deseas reconciliarte con Él hoy, te motivo a que lo hagas, y leas la siguiente
oración en voz alta:
“Señor
Jesús, te pido perdón por mis pecados, pues sé mis pecados me separan de ti. Yo
te reconozco, como mi único, suficiente y verdadero Salvador. Yo rompo, todo
pacto, con el mundo, con la carne y con el enemigo. Te doy gracias, por el
sacrificio en la cruz, sé que por tu Sangre yo soy limpio/a de todo pecado y
hoy tengo un nuevo comienzo. Te pido que, a partir de hoy, tu palabra sea la
lámpara a mis pies y que tu Espíritu Santo guíe mis decisiones en todo lo que
haga. Amén.”
Y si hiciste esta oración hoy, escríbeme
al correo kltapiahernandez@gmail.com, me encantaría saber de ti. Somos una
familia en Cristo, estamos aquí para apoyarnos los unos a los otros. ¡Dios te
guíe y te guarde!