Desafío de fe: El poder del agradecimiento
Por Karen Lucia Tapia Hernández
En estos días, hemos visto como muchos
nicaragüenses han salido con los brazos abiertos a dar de lo que tienen y de lo
que desean compartir, de las cosas que quizá pensaban que guardarían o
inclusive podrían necesitar, pero después del golpe de dos huracanes a la nación,
lo que podemos observar es la nobleza de los corazones que desean dar y agradecer,
porque dar también es una manera de decir estoy agradecido y puedo dar a
alguien más de lo que yo tengo. Pues lo que se creía era solo para uno termina
siendo para dos. E inclusive puede ser que en estas fechas, algunos lleguen a
sentirse con añoranzas, deseos, melancolías, pero la verdad es que todo lo que
tenemos y hemos tenido es para que nosotros podamos reconocer la bondad de Dios
y sus maravillas. Ya sea en los buenos o malos momentos, de todos ellos
llevamos algo que podemos aprender, ´por los que podemos dar gracias, los que nos
hicieron mejor persona, con los que podemos compartir o situaciones que nos
pueden llevar a ser mejor cada día si sabemos aprovechar la lección detrás de
cada situación. Porque cada día son nuevas las misericordias de Dios y cada día
nosotros podremos tener nuevos desafíos de fe, con los cuales, si sabemos de
antemano dar las gracias a Dios, siempre tendremos la victoria asegurada. Y es
ese el poder del agradecimiento, el que pase lo que pase, podemos ver la mano
de Dios en todo.
Veamos unos ejemplos, del mover de
Dios en el agradecimiento:
a) a) La multiplicación
Mateo 14:19-21 Traducción
en lenguaje actual (TLA)
19 Luego de ordenar que la
gente se sentara sobre la hierba, Jesús tomó los cinco panes y los dos
pescados, miró al cielo y dio gracias a Dios. Después partió los panes y
se los dio a los discípulos, para que ellos los repartieran a la gente.
20 Todos comieron hasta
quedar satisfechos. Y cuando los discípulos recogieron los pedazos que
sobraron, llenaron doce canastas. 21 Los que comieron fueron
como cinco mil hombres, además de las mujeres y los niños.
Este pasaje nos trae a luz, la gran bendición
que viene en el agradecer y compartir. Conocido como el milagro de la multiplicación
de los panes y los peces, observamos uno de los grandes milagros de Jesús. Jesús
había presentado un desafío de fe a sus discípulos, que en ese momento no
supieron distinguir, dar de comer a mas de cinco mil hombres y mujeres. En los versículos
anteriores sus discípulos pensaban no había de donde obtener alimento para esa
multitud de personas, pero el Señor, les quería ensenar algo ese día. En el
versículo 19, podemos observar que después que Jesús dio las gracias y
compartió lo que tenía, hubo una multiplicación extraordinaria de lo que
originalmente estaba en su posesión a tal punto que sobraron doce canastas de
comida. Algo que también debemos notar, es que, en la acción de compartir, no
solo llevaron una bendición a otros, sino que también, pudieron tener alimento
de sobra. Esto nos lleva a “Unos dan a manos llenas, y reciben más de lo que
dan…” (Proverbios 11:24 NVI) La promesa de los que comparten se ve cumplida de
una manera extraordinaria con Jesús, sus discípulos, y quien dio los panes y
los peces.
b) b) Bendiciones inesperadas
2
Reyes 4:13 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
13
Dijo él entonces a
Giezi: Dile: He aquí tú has estado solícita por nosotros con todo este esmero;
¿qué quieres que haga por ti? ¿Necesitas que hable por ti al rey, o al general
del ejército? Y ella respondió: Yo habito en medio de mi pueblo.
16 Y él le dijo: El año que
viene, por este tiempo, abrazarás un hijo. Y ella dijo: No, señor mío, varón de
Dios, no hagas burla de tu sierva.
17 Mas la mujer concibió, y dio
a luz un hijo el año siguiente, en el tiempo que Eliseo le había dicho.
A veces podemos tener situaciones en
las que actuamos de cierta manera para ayudar, apoyar o asistir a otros y así también
nosotros recibimos una bendición. Este es el caso de la mujer que apoyó a
Eliseo. Esta mujer solía atender con mucha cordialidad y gentileza al profeta
de Dios, Eliseo. Ella siempre le invitaba a comer, ella y su esposo le mandaron
a hacer un cuarto para que Eliseo descansara, entre otras cosas. Ella lo hacía
de todo corazón, a tal grado, que un día, Eliseo sintió darle a ella, algo que
ella no había pedido. Aquí podemos ver como el agradecimiento de alguien mas
hacia otra persona se torna un regalo o favor hacia esa persona. Eliseo, por lo
tanto, en su agradecimiento, ve la nobleza de la mujer y le da una bendición que
ella pensaba no era posible.
c) c) La paz de Dios
Filipenses
4:6-7 Traducción en lenguaje actual (TLA)
6
No se preocupen por
nada. Más bien, oren y pídanle a Dios todo lo que necesiten, y sean
agradecidos. 7 Así Dios les dará su paz, esa paz que la gente de
este mundo no alcanza a comprender, pero que protege el corazón y el
entendimiento de los que ya son de Cristo.
Otro beneficio que nos da el ser
agradecidos, es que podemos disfrutar del día a día que tenemos. Ya sea que a
otros les parezca difícil o quizá humanamente nosotros podríamos decir no sería
fácil de sobrellevar, el ser agradecidos con Dios, nos quita cargas de lo que solo
El puede hacerse cargo. Sea cual sea la situación que estemos pasando, al
entrar en comunión con Dios, hablar con Él, presentarle nuestras circunstancias
y situaciones de forma agradecida, nos damos cuenta que nosotros le entregamos
algo que podría considerarse difícil de llevar y Él a cambio, nos da paz. Y no
solo eso, sino que la paz que Dios da, guarda y cuida nuestro corazón de aquello
que haya querido hacernos daño, pues esa paz, es la paz divina, que quita toda
angustia, preocupación y temor de nuestros corazones. Esa paz, que también,
aumenta la fe para que nuestro entendimiento de las promesas de Dios nos lleve
a perseverar en su palabra y obtener la victoria en Cristo Jesús.
Por lo tanto, estimados lectores, seamos agradecidos en todo momento, para que, en cada momento, nos podamos conectar a Dios y a su manifiesto amor. Que cuando nos acerquemos a su trono de gracia, veamos la grandeza de su bondad, podamos obtener esa paz que solo Él da. Y pase lo que pase, aferrados a la Roca Inconmovible, cualquier desafío de fe que podamos llegar a experimentar, veremos cómo en acción de gracias, el León de la tribu de Judá, ruge a nuestro favor, protege nuestro corazón y aumenta nuestra fe y en Dios somos más que vencedores.
Si esto te bendijo y te edificó te
invito a que compartas esta publicación. Y si aún no has aceptado a Jesús en tu
corazón o deseas reconciliarte con Él hoy, te motivo a que lo hagas, y leas la
siguiente oración en voz alta:
“Señor Jesús, te pido perdón por mis pecados, pues sé mis pecados me separan de ti. Yo te reconozco, como mi único, suficiente y verdadero Salvador. Yo rompo, todo pacto, con el mundo, con la carne y con el enemigo. Te doy gracias, por el sacrificio en la cruz, sé que por tu Sangre yo soy limpio/a de todo pecado y hoy tengo un nuevo comienzo. Te pido que, a partir de hoy, tu palabra sea la lámpara a mis pies y que tu Espíritu Santo guíe mis decisiones en todo lo que haga. Amén.”
Y si hiciste esta oración hoy, escríbeme al
correo kltapiahernandez@gmail.com, me encantaría saber de ti. Somos una
familia en Cristo, estamos aquí para apoyarnos los unos a los otros. ¡Dios te
guíe y te guarde!