En sus marcas… listos, fuera
Por Karen Lucia Tapia Hernández
Recuerdo que, comenzando mi secundaria, solía participar en
carreras de atletismo, específicamente, en carreras de relevo. En lo personal, se
no era la persona más rápida, casi siempre me preguntaba porque me ponían en X
posición, pero algo que me llamó la atención una vez, fue que le hicieron esa
pregunta a mi profesor de educación física, porque Karen va en X posición, a lo
que curiosamente escuché su respuesta. Su respuesta fue: “Simple, ella no es la
más rápida, pero tiene más resistencia.” En ese entonces, no entendía bien las estrategias
de juego, pero recuerdo que cuando yo le pasaba la estafeta a otra muchacha, yo
siempre pensaba ella salía rapidísimo como una bala, y bueno, no era necesario
decirlo, ella tomaba la delantera y eventualmente ganaba. El profesor de
educación física, estaba haciendo un balance entre los atributos atléticos del
equipo y es por eso que al final, con cierta combinación de habilidades físicas,
X equipo, ganaba. Similarmente, en el Reino de Dios, es algo parecido, pero parece
que muchas veces omitimos el detalle, que no se supone debemos trabajar solos,
sino en equipo, pues por eso es que Dios, en sus planes maravillosos, ha dado
una diversidad de dones y talentos a sus hijos, para poder edificar el reino de
los cielos. Y al contrario de otros tipos de carreras, lo importante de la
carrera de Dios, es poder perseverar en la fe y poder ayudarnos los unos a los
otros. Y es que ayudándonos los unos a los otros, teniendo en cuenta la visión en
común, la visión de Cristo, es que se puede verdaderamente, llegar a la meta.
Comencemos.
Caso 1: Trabajo en equipo: Pablo
Romanos 16 Nueva Versión Internacional (NVI)
3 Saluden a Priscila y a Aquila, mis
compañeros de trabajo en Cristo Jesús. 4 Por salvarme la vida,
ellos arriesgaron la suya. Tanto yo como todas las iglesias de los gentiles
les estamos agradecidos.
En Romanos 1:3-4, podemos observar como 2 hermanos en la fe,
ayudan a otro hermano para poder cumplir con su propósito y llamado. Muchas veces
podemos caer en el error de tratar de ir de una manera individualista sin tomar
en cuenta lo que Dios desea que hagamos, sin embargo, en este pasaje, podemos
observar que Priscila y Aquila, conscientes del propósito de Dios y del trabajo
de Pablo, ayudaron a su compañero para que éste pudiese llegar a su meta. Es más, Pablo, les llama,
“compañeros de trabajo en Cristo Jesús,” es decir, así como la palabra de Dios
dice que debemos hacer todo como si es para Dios, Pablo va más allá con
aquellos que sabe que tienen un llamamiento en Dios, les dice que su trabajo
también es para Cristo Jesús. Tratan de edificar juntos lo que deben hacer,
pues lo que hacen es para un propósito en común. Si analizamos el capítulo
final de la carta de Romanos, capítulo 16:1-16, el apóstol Pablo, saluda a unas
29 personas mas unas familias e iglesia. Es decir, que en el momento que Pablo considera importante mencionarlos, es
porque sabe que cada una de estas personas, tenían un deber y un llamado como compañeros
en Cristo que solo unidos podían lograr.
Caso 2: Trabajo en equipo: Moisés
Éxodo 17:11-13 Reina-Valera 1960
11 Y sucedía que cuando alzaba Moisés su
mano, Israel prevalecía; mas cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec.
12 Y las manos de Moisés se cansaban; por lo
que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y
Aarón y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro de otro; así hubo
en sus manos firmeza hasta que se puso el sol.
13 Y Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a
filo de espada.
En el trabajo en equipo con Moisés, podemos ver como el
profeta es ayudado por su hermano Aaron y Hur.[i] Estos
dos personajes, que en un momento fueron delegados por Moisés para supervisar
al pueblo, ayudan al líder, Moisés, con la visión que Dios le había encomendado
para derrotar al enemigo. Aquí se puede visualizar, que solo fue durante la
unidad, que Aaron y Hur, ayudando a su líder, pudieron derrotar al enemigo.
Aaron y Hur, no estaban pensando en trabajar como individuos e irse ellos solos
puesto que ya les habían delegado autoridad, sino, que viendo que Dios
respaldaba la batalla solo si Moisés tenía las manos alzadas, tomaron la
postura de apoyo para poder ayudar a quien Dios estaba apoyando en ese momento.
Caso 3: Trabajo en equipo: Eliseo
2 Reyes 6:4-6 Reina-Valera 1960
4 Se fue, pues, con ellos; y cuando llegaron
al Jordán, cortaron la madera.
5 Y aconteció que mientras uno derribaba un
árbol, se le cayó el hacha en el agua; y gritó diciendo: !!Ah, señor mío, era
prestada!
6 El varón de Dios preguntó: ¿Dónde cayó? Y
él le mostró el lugar. Entonces cortó él un palo, y lo echó allí; e hizo flotar
el hierro.
El caso de Eliseo es algo interesante, puesto que en la Biblia
no menciona que él tuviese alguien a quien le haya “cedido” o traspasado su manto,
sin embargo, algo que si menciona, es que el estaba con los “hijos de los
profetas,[ii]”
esto es, que de una manera u otra él influía en los que estas personas debían
hacer, es más podríamos decir, que si eran hijos de profetas, es muy probable
que hayan tenido dones muy especiales de parte de Dios, porque Dios bendice a
los hijos de sus siervos, pero haciendo énfasis en lo que pasa en esta situación,
podemos observar lo siguiente:
- Entre ellos trabajaban juntos cortando madera (para construir un lugar donde ellos pudieran habitar, trabajando como equipo, tenían una meta en común).
- La fuerza o acción que podemos ejercer para hacer alguna obra, puede ocasionalmente dar algún inconveniente que no hayamos previsto (se cae el árbol, se cae el hacha).
- No necesariamente tendremos todas las herramientas necesarias para construir lo que necesitamos y necesitaremos contar con el apoyo de otras personas que si tengan los recursos (el hacha era prestada).
- Eliseo toma la oportunidad para usar un don de Dios para poder resolver el problema que tenían como equipo y que afectó directamente el trabajo de su compañero (cuando estés lidereando un equipo, tú también podrás ayudar a los demás en caso tengan problemas).
Y quizá podrás pensar, que tiene que ver relevo con trabajo
en equipo, bueno, el trabajo en equipo nos da oportunidades para saber cuáles
son nuestras propias capacidades y cuáles son nuestras limitaciones. Ninguno de
los hombres y mujeres de Dios cumplió su propósito en Dios solo. Pablo, contó con
el apoyo de muchos hombres y mujeres (lo podemos observar en Romanos 16). Moisés, en este ejemplo, con el apoyo de Aaron
y Hur (en otra ocasión con el apoyo de Séfora, su esposa). Esther contó
con el apoyo de Mardoqueo, Noemí con el apoyo de Rut, Marta con el apoyo de
María. Es decir, nunca nadie llegó a cumplir la visión de Dios, sin el apoyo de
su equipo, de sus amigos, de sus hermanos, de aquellos que podían ver cuál era
la misión que Dios había encomendado y la visión que compartían juntos para
poder lograr ese propósito. Entonces, que podemos decir, en este primer mes del
2021 debemos meditar en nuestra persona, y así como nosotros podemos hacer un
análisis de Fortalezas, Debilidades, Oportunidades y Amenazas para una organización,
también es algo que podemos aplicar hacia nuestra vida. Lo que este 2021 puede
traer a nosotros, depende de que es lo que nosotros estemos dispuestos a hacer
en obediencia a los planes de Cristo, en unidad con lo que Dios desea como
cuerpo de Cristo, para edificarnos juntos. Recordando que en lo que uno puede
ser débil, otro puede ser fuerte y por ende, allí yacen esas oportunidades que
a veces parecieran estar ocultas. ¿Qué podemos lograr si usamos las fortalezas
de nuestros dones y talentos? ¿Qué podemos obtener unidos y unánimes? Si estamos
unidos en los planes de Cristo, sabemos en qué áreas débiles podemos apoyar a
nuestros hermanos, que oportunidades de conquista existen adelante, y aunque
hayan amenazas como las que tuvo Josué al enfrentarse en la batalla, Dios nos dice:
“Mi mandato es: “¡Sé fuerte y valiente! No
tengas miedo ni te desanimes, porque el Señor tu Dios está contigo dondequiera
que vayas”» (Josué 1:9, NTV). Cuando la presencia de Dios está con
nosotros y ejecutamos los planes de Dios, solo nos basta descansar en su gracia,
pues en El obtendremos la victoria en nuestras batallas.
Si esto te bendijo y te edificó te
invito a que compartas esta publicación. Y si aún no has aceptado a Jesús en tu
corazón o deseas reconciliarte con Él hoy, te motivo a que lo hagas, y leas la
siguiente oración en voz alta:
“Señor Jesús, te pido perdón por mis
pecados, pues sé mis pecados me separan de ti. Yo te reconozco, como mi único,
suficiente y verdadero Salvador. Yo rompo, todo pacto, con el mundo, con la
carne y con el enemigo. Te doy gracias, por el sacrificio en la cruz, sé que
por tu Sangre yo soy limpio/a de todo pecado y hoy tengo un nuevo comienzo. Te
pido que, a partir de hoy, tu palabra sea la lámpara a mis pies y que tu
Espíritu Santo guíe mis decisiones en todo lo que haga. Amén.”
Y si hiciste esta oración hoy, escríbeme al
correo kltapiahernandez@gmail.com, me encantaría saber de ti. Somos una
familia en Cristo, estamos aquí para apoyarnos los unos a los otros. ¡Dios te
guíe y te guarde!